miércoles, 2 de septiembre de 2020

José Larrea Echániz, el autor de la Virgen del Rosario

A un mes de la celebración de los cultos en honor a Nuestra Señora del Rosario, ya somos conscientes de que se vivirán de un modo diferente. La trágica situación por la que pasa nuestro país y el planeta en general a causa de la pandemia de COVID-19, ha provocado que la procesión de nuestra titular letífica haya sido suspendida, pero con la responsabilidad que requiere dicha situación, sí podremos acudir a su Triduo y escuchar el Pregón de nuestra hermana D.ª Isabel León. 

Con el fin de ir preparándonos para la llegada de dichas celebraciones y  de que los hermanos conozcan más curiosidades acerca de la Virgen del Rosario, a continuación aportamos algunos datos del escultor que durante la posguerra talló su bendita imagen, JOSÉ LARREA ECHÁNIZ

José Larrea Echániz trabajando en el Sagrado Corazón de Jesús de San Sebastián de la Gomera (1962)

Nacido en Bilbao en 1890, este artista pertenece a una importante saga de escultores vizcaínos. Su padre, Vicente Larrea Aldama (1852-1922),  abrió un taller en la calle Ribera de misma ciudad de Bilbao, en los números 14 y 15. Asimismo, fue profesor de modelado y dibujo de adorno de la Escuela de Artes y Oficios, y al pasar 9 años en París, introdujo en San Sebastián las vidrieras de la empresa Meumejean. Su obra pública más conocida es la escultura del monumento al fabulista Samaniego en Laguardia (1883). 

Respecto a José Larrea, contó con una esmerada formación en el taller paterno y en la Escuela de Bellas Artes de París. Contrajo matrimonio con la navarra Pilar Gayarre Galbete, de cuyo matrimonio nacería el también escultor Vicente Larrea Galbete. Durante más de cincuenta años, José Larrea Echániz trabajó en el taller familiar, especializándose en estatuaria religiosa, siendo muy característica sus representaciones del Sagrado Corazón de Jesús. Se trata por tanto, de un auténtico imaginero del siglo XX. 

A la izquierda, el Monumento a Félix M.ª Samaniego, en Laguardia, obra de Vicente Larrea Aldama. A la derecha, Vicente Larrea Galbete.


Durante más de medio siglo, José Larrea realizó una gran cantidad de esculturas públicas y religiosas que aún se observan en Vizcaya y en otros lugares cercanos. En Navarra, se le debe el Sagrado Corazón de Sangüesa, la imagen de San Ignacio de Loyola en el colegio de los Jesuitas de Pamplona y la imagen de Pío XII en una huerta privada de Aranzadi. También destacan otras obras en interiores de templos, como es el caso de la iglesia de la Inmaculada de los Jesuitas de Pamplona. 

José Larrea Echániz, 1945. Monumento al Sagrado Corazón de Jesús, Sangüesa (Navarra)

Larrea Echániz también cuenta con una abundante producción escultórica en el resto de la geografía española. Se le deben, entre otras obras, el Sagrado Corazón de San Sebastián de la Gomera (1962), el Cristo de la Fe de la cofradía de Jesús Nazareno de Algeciras (1938), el San Juan de la cofradía de la Vera-Cruz de Bilbao (1944), el monumento a Remigio Vilariño en Bilbao (c. 1955), o la imagen de San Ignacio de la parroquia de Portugalete (1945-1950). 


José Larrea Echániz, c. 1955. Monumento a Remigio Vilariño, en Bilbao
José Larrea Echániz, 1938. Cristo de la Fe. Cofradía de Jesús Nazareno de Algeciras

José Larrea Echániz, 1944. San Juan Evangelista. Cofradía de la Vera-Cruz de Bilbao

Respecto a Ntra. Sra. del Rosario de Electromecánicas, al igual que la imagen de San José con el Niño de la nave del Evangelio de nuestra sede canónica, fue realizada en madera de cedro por el escultor bilbaíno en la década de 1940. Se trata de una Madonna de talla completa sentada sobre un sitial sin respaldo, con el Niño Jesús en su regazo. De buena factura, la Virgen cuenta con un notable estudio de los ropajes y una gran composición escultórica. En el año 2009 fue restaurada por Francisco Javier López del Espino, consistiendo en el resanado de la talla y sus ensambles, restañado de grietas, reintegración de la policromía, del dorado y el estofado en las zonas donde era estrictamente necesario, y la posterior terminación con una capa de protección final. Como bien es sabido, el origen de nuestra cofradía se encuentra en la recuperación del culto a la Virgen del Rosario, volviendo a procesionar en el año 2003 después de muchas décadas sin hacerlo. Hoy día nuestra corporación no se entiende sin su culto. 

José Larrea Echániz, década de 1940. Nuestra Señora del Rosario de Electromecánicas (Córdoba)


Fuentes consultadas:


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