Titulares

Stmo. Cristo de la Oración y la Caridad

ICONOGRAFÍA: Cristo Crucificado en el momento de la Conversión del Buen Ladrón.
AUTOR: Pedro García Velasco
CRONOLOGÍA: Febrero 2016
ESTILO: Contemporáneo
SOPORTE: Madera de Cedro
TÉCNICA: Madera tallada y policromada
DIMENSIONES: 1,75 m
LOCALIZACIÓN: Iglesia Ntra. Sra. del Rosario (Electromecánicas, Córdoba)
RESTAURACIONES: -




Originalmente, la Hermandad rindió culto, bajo la advocación de 'Stmo. Cristo de la Oración y Caridad', a un crucificado realizado por el insigne escultor Juan de Ávalos, el cual es venerado en la Iglesia de Ntra. Señora del Rosario. Sin embargo, al ser dicha imagen propiedad de un particular, y ante la imposibilidad de ser adquirida, la corporación encargó la realización de un nuevo titular al imaginero Pedro García Velasco, natural de Puente Genil. El encargo se realizó en 2014, y fue entregado en febrero de 2016, siendo presentado en la Fundación 'Miguel Castillejo' el día 6 del citado mes, ante la atenta mirada de los cofrades cordobeses. El día 20 de febrero fue bendecido por el Obispo de Córdoba D. Demetrio Fernández, y procesionó por primera vez el Sábado de Pasión del mismo año. 

El imaginero D. Pedro García Velasco (2016)
La imagen, realizada en madera de cedro tallada y policromada, mide 1,75 m. y destaca por su gran realismo, fruto de un estudio amplio y profundo del imaginero, que trabajó al natural. Su dulce rostro se encuentra girado hacia la izquierda, detalle que supone una rareza en la representación del misterio de la Conversión del Buen Ladrón, ya que normalmente San Dimas se encuentra situado a la derecha del Señor. No obstante, en los evangelios no se especifica el lugar que ocupó el Buen Ladrón en el Monte Calvario, por lo que la hermandad vio oportuno homenajear al Cristo de Ávalos con este giro de cabeza, ya que el citado crucificado muestra esa peculiaridad. En su realización, Pedro García estuvo influido por las pinturas del Greco y las alemanas realizadas entre el siglo XVII y XVIII a la hora de tallar el sudario. Respecto a la expresión del rostro, se inspiró en una imagen cinematográfica de la película Jesús de Nazaret, mientras que las numerosas marcas de martirio han pretendido reflejar lo ya conocido a través de los estudios de la Síndone, sin llegar a una representación documental y científica. La cruz fue realizada en madera de fresno por nuestro hermano Gregorio Ruiz.




Mª. Stma. de Salud y Consuelo

ICONOGRAFÍA: Dolorosa denominada de candelero.
AUTOR: Juan Martínez Cerrillo
CRONOLOGÍA: Data de 1979
ESTILO: Contemporáneo con rasgos y matices clásicos
SOPORTE: Madera
TÉCNICA:  Madera tallada y policromada
DIMENSIONES: 1,63 m
LOCALIZACIÓN: Iglesia Ntra. Sra. del Rosario (Electromecánicas, Córdoba)
RESTAURACIONES: Por Sebastián Montes en el 2009 (saneamiento de grietas y fisuras y  policromía) y en 2012 por el mismo imaginero (sustitución de brazos, articulaciones, candelero y cuerpo)


El imaginero D. Juan Martínez Cerrillo (1981)
En 1978, un grupo de cofrades se reunieron en la Parroquia de San Pedro para fundar una cofradía cuyos titulares fueran Ntro. Padre Jesús del Abandono en la Presentación al Pueblo y María Santísima de la Salud y Consuelo. Dicho grupo, con el apoyo del párroco de entonces, D. Julián Caballero Peña, adquirió como titular una imagen de Dolorosa del siglo XVIII, la cual había llegado al taller del imaginero bujalanceño Juan Martínez Cerrillo. Dicha talla, que en su origen posiblemente recibía culto en el municipio jienense de Jamilena, presentaba un profundo deterioro, por lo que el insigne imaginero la restauró y la convirtió en una obra prácticamente suya, de modo que los rasgos característicos del arte de Cerrillo son visibles en la finura de líneas y en la suavidad de la expresión. Con el cierre de la Parroquia de San Pedro para una profunda restauración, la Asociación Parroquial de "Ntro. Padre Jesús del Abandono" se trasladó a la Iglesia de San Agustín, donde se celebró una misa en acción de gracias y se proyectó la bendición de la Virgen de Salud y Consuelo. No obstante, dicho convento también cerró sus puertas para ser rehabilitado, por lo que la imagen fue bendecida por D. Francisco Flores Cavalla en la Parroquia de Santa Marina, celebrándose el acto el día 21 de enero de 1981, con el madrinazgo de las Madres Adoratrices. La entonces Madre superiora, Antonia Palomino, y el resto de religiosas se volcaron con la Virgen, y la acogieron en su casa, aunque eso supuso la imposibilidad de realizar cultos externos, ya que se habría roto su retiro y oración. Finalmente, tras conversaciones con D. Manuel Márquez González, el entonces párroco de la Iglesia de San Andrés, el grupo se estableció en dicho templo. Con el paso de los años, la Asociación desapareció, aunque el culto a la Dolorosa no cesó en ningún momento. En el año 2011, D. Luis Molero, el propietario de la imagen, decidió donarla a la entonces Pro-Hermandad de la Conversión, convirtiéndose desde ese momento en la titular de nuestra cofradía.

Se trata de una imagen de Virgen dolorosa denominada de candelero o de vestir. Su cabeza está ligeramente inclinada hacia la derecha, y su rostro tiene forma ovalada con el ceño fruncido. Los ojos cuentan con pestañas postizas, y en sus pómulos comprobamos lágrimas de cristal, también postizas. Presenta la boca entreabierta con finos labios, y de la policromía podemos destacar el tono rojizo bajo los ojos. Las manos, separadas, sostienen rosarios y otros objetos pertenecientes al ajuar de la imagen, siguiendo el esquema habitual de las dolorosas. Todos estos rasgos están enfocados a expresar un dolor contenido, alejado del dramatismo excesivo, y la dulzura tradicional de las imágenes devocionales marianas. La imagen es representativa de la última etapa creadora de Martínez Cerrillo, guardando gran parecido con otras dolorosas como María Santísima de la Paz y Esperanza (1939, Iglesia conventual del Santo Ángel, Córdoba), la Virgen de la Piedad (1958, Santuario de María Auxiliadora, Córdoba), la Virgen de la Paz de Lucena (1983), la homónima de Cabra (1985), la Virgen de los Dolores de Fernán Núñez (1948), la Virgen de las Lágrimas de Jaén (1938) o la Soledad de El Carpio (1937). 



Ntra. Sra. del Rosario

ICONOGRAFÍA: Virgen con Niño Jesús
AUTOR: José Larrea Echaniz
CRONOLOGÍA: Data de los años 40-50
ESTILO: Contemporáneo
SOPORTE: Madera
TÉCNICA:  Madera tallada y policromada
DIMENSIONES: Académicas
LOCALIZACIÓN: Iglesia Ntra. Sra. del Rosario (Electromecánicas, Córdoba)
RESTAURACIONES: Por Francisco Javier López del Espino en el 2009 (saneamiento de grietas y fisuras y refuerzo del sistema de anclaje)



El escultor D. José Larrea Echániz (1890-1976)
Ntra. Señora del Rosario es la imagen que aglutina mayor devoción entre los vecinos de la barriada de Electromecánicas, ya que durante más de 60 años ha ocupado un lugar de privilegio en las vidas de todos los vecinos. Fue realizada por el escultor bilbaíno José Larrea Echániz en la década de los años 40, y da nombre al templo donde recibe culto. En los viejos álbumes fotográficos de nuestros vecinos más antiguos, se conservan fotografías en blanco y negro de la sagrada imagen procesionando por las calles del barrio, e incluso presidiendo el altar mayor de la iglesia. En 2004, con la formación del taller cofrade que dio origen a nuestra cofradía, un grupo de feligreses propuso despertar la devoción de la Virgen, volviendo de esta forma a procesionar por las calles de la barriada con una respuesta del vecindario espectacular, contando además con la presencia de la Corporación Municipal, por entonces encabezada por D.ª Rosa Aguilar. Desde entonces, la ya conocida como 'Reina del Barrio' ha recibido el culto de nuestra cofradía y ha procesionado de manera ininterrumpida.

La imagen consiste en una Madonna de talla completa, realizada en madera de cedro, que aparece sentada sobre un sitial sin respaldo, con el Niño Jesús en su regazo. De buena factura, cuenta con un notable estudio de los ropajes, además de ser una gran composición escultórica. La imagen del Niño sostiene en su mano derecha el Santo Rosario, que también es portado por su Madre. En 2009 fue restaurada por Francisco Javier López del Espino, saneando las grietas y fisuras, reforzando el sistema de anclaje, reintegrando la policromía, el dorado y el estofado de aquellas zonas donde era estrictamente necesario, y añadiendo una capa de protección final.