LOS MURALES DE LA PARROQUIA DE LA
BARRIADA CORDOBESA DE LA ELECTROMECÁNICA
Antonio de la Banda y Vargas
Artículo publicado en Apotheca, Revista del Departamento de Historia del Arte. Universidad de Córdoba, n.º 6, 1986, pp. 107-113.
Como complemento a mi artículo "Los murales del pintor Juan Miguel Sánchez Fernández" (1), en el que se estudia tan importante faceta de la producción de este insigne artista, portuense de nacimiento pero sevillano de vocación, residencia y filiación escolástica, que vivió de 1900 a 1973 y profesó como Catedrático de Procedimientos pictóricos en la Escuela Superior de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría de la Ciudad del Guadalquivir, quiero ofrecer, como colaboración al homenaje que dedica esta prestigiosa revista del Departamento de Historia del Arte de la Universidad cordobesa a mi maestro el Profesor Hernández Díaz, el estudio completo de los frescos que ornamentan el interior de la Parroquia de esta popular barriada cordobesa, preciosa construcción de corte neobarroco debida al arquitecto Don Fernando de la Cuadra Irizabar, obra del mencionado pintor que la fechó en 1946.
Dicha fecha, perfectamente consignada en los aludidos frescos y constatada por la hemerografía del momento (2), me obliga a rectificar la dada al conjunto por el propio Prof. Hernández Díaz en su Discurso de contestación al de ingreso en la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría de Sevilla del autor del citado conjunto pictórico (3) y que yo mismo recojo en el trabajo arriba mencionado (4); fecha que era la de 1938 por lo que convertía al mismo en la primera creación de Juan Miguel Sánchez.
Subsanado este error, tras haber examinado los frescos y leída la inscripción que los data, puedo decir que están realizados cuatro años después de los existentes en el vestíbulo de la Estación de Autobuses de Sevilla, que por ello pasan a ocupar el decanato de esta faceta creativa del insigne maestro, en un momento en el que éste se hallaba muy próximo a alcanzar su madurez como muralista; madurez que logró en 1949 al realizar los frescos del Coro de la Iglesia sevillana de San Luis de los Franceses (5).
Pinturas murales de la Estación de Autobuses de Sevilla (Juan Miguel Sánchez, 1945)
La técnica usada en estos cordobeses es la referida del fresco, ofreciendo en ellos no sólo una sabia lección de dominio de este difícil procedimiento pictórico sino al mismo tiempo de perfección dibujística, destreza compositiva, calidad de modelado y variada cromática. Respecto de su filiación estilística diré que son un claro exponente de ese realismo de ciertas raíces neobarrocas, pero impregnado de un interesante constructivismo de corte vanguardista, que fue el que signó toda su obra desde el mural al cartel pasando, lógicamente, por la de caballete.
Lo realizado en el templo cordobés que analizo es la decoración del ábside así como la del arco triunfal que lo enmarca y la de la bóveda de nervios entrecruzados, curiosa recreación neoislámica de corte regionalista, que lo cubre. En el primero aparecen, de Evangelio a Epístola, el Arcángel Gabriel, la Virgen, Cristo resucitado, San Juan Evangelista y el Arcángel San Rafael mientras que la decoración del arco está formada por motivos florales, con evidente predominio de las lises, en tonos crema y buriel así como, la de la bóveda, por estrellas de color gris plateado sobre fondo azul muy intenso; color este último que sirve de fondo, en parte, a las aludidas figuraciones del ábside.
Arco triunfal y ábside de la Iglesia de Ntra. Sra. del Rosario
El espacio central de éste está ocupado por la figura de Cristo resucitado que destaca sobre un fondo aurífero. Barroca de concepción iconográfica, aunque de una factura muy moderna por sus acusados planos geométricos, aparece bendiciendo con la mano derecha mientras que posa la izquierda sobre el pecho pero teniendo apoyada con el brazo una Cruz de la que pende una filacteria con la inscripción "VERE LANGIORES/NOSTROS IPSE, ET/DOLORES/NOSTROS/IPSE/PORTAVIT/IS. I III 4". Su rostro es muy expresivo, muy a tono con la referencia al citado pasaje de Isaías, la cabeza aparece coronada por un dorado nimbo crucífero y se cubre con un sudario blanco de cortes muy planos al citado modo constructivista; asentándose todo él sobre una base vegetal formada por dos cepas cargadas de uvas y por sendos ramos de doradas espigas.
A su derecha aparece la Virgen, con sentido de Dolorosa pero en actitud orante, vestida con túnica blanca y manto azul con capucha que tiene también, los pliegues de acusado sentido geométrico. Muy expresiva se halla a medio camino, por así decirlo, entre las típicas Dolorosas sevillanas y un figurativismo de corte moderno del que no está exenta la sugestión que la figura de su mujer ejerció sobre todos sus modelos femeninos. Sobre ella, un cielo de nubes en el que aparecen la simbólica media luna así como varias estrellas de diferente tamaño en tonos plateados.
San Juan Evangelista ocupa el lado izquierdo de Cristo resucitado, destacando sobre un fondo blanco y dorado. Aparece representado como un hombre maduro, frente a la tradicional interpretación de joven imberbe, con cabellera corta así como vistiendo túnica verdosa y amplio manto verde. Sobre la cabeza tiene un áureo nimbo y con las manos parece bendecir. Sobre su cabeza, que es muy expresiva, un celaje con nubes en el que destaca el libro de su Evangelio rodeado de ángeles sobre los que hay varias estrellas.
La parte extrema del lado del Evangelio está ocupada por la figura del Arcángel Gabriel al que se representa como un bello mancebo de rojiza melena rizada así como vestido con túnica celeste oscuro y manto anaranjado con vueltas de color blanco. Está en actitud de saludar a la Virgen con su brazo derecho mientras que con el izquierdo porta una vara de azucena. En la parte superior del panel, la simbólica paloma del Espíritu Santo rodeada de estrellas.
Por último, el Arcángel Rafael, Custodio de Córdoba, aparece en el lado opuesto como un joven de rubia cabellera, enmarcada por el nimbo que corona su cabeza, vistiendo una túnica anaranjada así como amplio manto azul violáceo con vueltas blancas. Su mano derecha descansa sobre el pecho, portando con la izquierda el clásico pez. Sobre él un celaje estrellado y al lado izquierdo de la parte baja del panel una cartela con la siguiente inscripción: "PINTO/JVAN MIGVEL SANCHEZ/ARQUITECTO 1946/FERNANDO DE LA CVADRA".
Desgraciadamente, la Empresa Ibercobre, S.A., financiadora de la construcción y ornamentación del templo, no conserva ninguna documentación acerca de la vicisitudes del conjunto ni tampoco de su coste. Por ello terminaré insistiendo en su excelente calidad así como resaltando que éste es un buen ejemplo de cómo el artista sabía aplicar en la práctica sus profundos conocimientos sobre la técnica fresquista tan sabiamente puntualizada en su aludido Discurso de ingreso en la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría (6).
NOTAS
1. En prensa en el Boletín de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría de Sevilla. N.º XV.
2. Vid. Un folleto editado por la Empresa Ibercobre, S.A. con motivo de la inauguración del templo. En él se hace una leve mención a las pinturas en la forma siguiente: "Su ábside ostenta unas pinturas al fresco ejecutadas por el laureado artista sevillano Juan Miguel Sánchez, que sirven de fondo a su altar mayor". s/p.
3. Vid. HERNÁNDEZ DÍAZ, José: Discurso de contestación al de infreso de Don Juan Miguel Sánchez Fernández en la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría. En el Boletín de la citada Corporación. 2.ª Época, n.º II. Sevilla, 1974. Págs. 31-44.
4. Vid. Op. cit. en la nota anterior pág. 42 y op. cit. en la nota n.º 1.
5. Vid. BANDA Y VARGAS, Antonio de la: La Iglesia sevillana de San Luis de los Franceses. Sevilla, 1977. Págs. 54-55.
6. Vid. SÁNCHEZ FERNÁNDEZ, Juan Miguel: Actualidad y enseñanzas de la pintura al fresco. En el "Boletín de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría". 2.ª Época, N.º II, Sevilla, 1974. Págs. 17-30.
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